Diseño y Diagramación: María Laura Linares Frailán

lunes, 3 de agosto de 2009

Trujillo postales de identidad e imaginación

diagrama y diseño del afiche hecho por: María Laura Linares Frailán

(*)Pedro Frailán


1.- Trujillo entre montañas y ramales.
Es un espacio geopolítico que cubre la ruta, Valera, eje vial y lugares emblemáticos de Trujillo; para luego recorrer los sectores de Ocanto, Los Potreritos, Sabaneta, El Hatillo, San Lázaro, Santiago, El Guayabal, La Vega de Chachique, La Mesa de los Contreras, La Loma del Medio, Los Cuartelitos, La Quebrada, Quebrada de Cuevas y El Cumbe, hasta retornar a Valera. En esta geografía trujillana se puede apreciar una variedad de rasgos de identidad trujillana, compuesta en primer lugar por el paisaje, la arquitectura que se conserva, la tradición, el lenguaje, las creencias, la religiosidad, su gente, la ruina, lo culinario conforman tapices para la identidad y el imaginario trujillano que viaja con infinita libertad en el tiempo.


2.- El tiempo como gran escultor de la humanidad.
Con relación a esta categoría, entre la vía Trujillo Valera en el sector La Morita, precisamente frente a Fundasalud a media altura de la montaña aproximadamente, existe una formación rocosa que da la impresión que es la conformación de un rostro de Jesucristo. Justamente la de Jesús coronado en espinas, como lo santifica el tercer misterio del rosario doloroso. Es la naturaleza y la temporalidad las responsables de ir esculpiendo esta obra de arte. Que está ahí en silencio, como fiscal mirando a los transeúntes y a la vez esperando que lo descubran, con el cincel del imaginario religioso. Algunos llegan a pensar que su parecido en su rosto es semejante al del Cristo de la piedad se que encuentra en la capilla de los Cristos de la catedral.


3.- En Ocanto está sembrada la casa de los espantos.
Cerca de hacienda San Rafael de la familia Rojas, cuentan los vecinos que en esta casa pernotan los espantos reguardando ese espacio para ellos. Un espanto en el siglo XXI, es como algo exagerado, anticuado, grotesco, fantasioso, mentira o locura está bien; en el siglo XIX y mediados de XX y un poco más. El espanto es una imagen que por lo general transmite miedo, castigo y que proviene del más allá. Esta vivienda se encuentra sola, los vivos no la pueden habitar, porque oyen voces, se ven imagen de falsa existencia. Estas creencias han tenido mucho impulso en la entidad trujillana son parte de lo supersticioso, de lo creyente imaginario y hasta lo mágico del trujillano rural.

4.- La casa tras la cortina de neblina.
En Sabaneta el café, las naranjas, los cambures son protegidos por las sombrillas de los bucares, hacen de la naturaleza un paraíso de ensoñación, por supuesto con su gente. La neblina es el manto protector del paisaje, la vegetación interactúa con los hombres. Las casas que son el guardián de nuestros sentimientos y secretos están construidas entre los bosques que resaltan en los árboles aparece y desaparecen indefinidamente durante el día cuando como lo disponga la neblina, a veces sutilmente queda separado por una cortina. Bajando por el Hatillo las vistas hacia las mesetas de la Carvajal y Valera son unas panorámicas naturales vistas desde la inmensidad


5.- El museo de Rafael Montilla.
San Lázaro es el pueblo que su gente vive en torno a las querencias de río, el se ha encargado de cortarlo de allí la expresión cotidiana del otro lado del río. Es un de los lugares de Trujillo donde más se conserva la memoria histórica desde la arquitectura. Un lugar íntimo para la historiografía es el museo popular de Rafael Montilla, que a la vez es restaurant. Sus paredes son carteleras que se reseña a través de la imagen fotográfica el pasado. Sus paredes también son una hemeroteca, en que se destaca los grandes acontecimientos de la historia local, que están cargados de alegrías, pero a la vez de tristeza y fue en la década de los ochenta con las bravuras de su eterno habitante embistiera parte del pueblo de la plazoleta y el chaguaramo el museo es la historia viva.


6.- El museo comunitario de Ramón Alirio González.
Desde Santiago a la Quebrada vía el Guayabal, precisamente en la Vega de Chachique. Se vive el pasado en el presente a través de la arqueología, la paleontología y la ruina. En este lugar fue una hacienda de caña, café, maíz, caraota, aquí existió n trapiche, un molino de trillar café, movido por tracción o fuerza de sangre, que aún se conservan parte de su estructura. En su gran casona construida con las perennes paredes de tapial adentro hay un jardín interno, con cortinas de helechos, existen antiquísimas piezas importantes de cerámicas indígenas, armas antiguas, una patriota como dice el propio Ramón Alirio y restos fósiles. Por sus adyacencias pasan las quebradas del judío y de las rosas al unirse forman la quebrada grande.


7.- Por el camino una olleta de hallaca de caraotas.
El arte culinario obedece a los componentes culturales de los pueblos. Si un símbolo patrio es un elemento de identidad pues la comida también lo es, incluso con una importancia dominante sobre el humano. La hallaca de carota es punto de referencia al paladar Trujillo, para algunos preferiblemente con ají, en vueltas con las hojas de la matas de cambur amarradas con su cascaron. En cualquier parte de la geografía trujillana una hallaquita de caraota, calma el hambre acompañada con un guapo de panela con limón, pero eso sí, al estilo trujillano. En Ocanto la señora Cecilia Rosario es una referencia en este arte, también se pueden conseguir en el Filo de Lucas, en esta misma ruta en la encrucijada de Quebrada de Cuevas el punto de acuerdo puede ser con una hallaca de caraota.


8.- Apología al paisaje rural.
El paisaje es una referencia visual del medio ambiente, en la ruralidad es donde mayor se conserva las tradiciones y costumbres. Aquí, el ambiente verdaderamente es un espectáculo, son diversas las pantallas naturales que se conjugan con la neblina, la vegetación y por supuesto con el imaginario. En La Loma del Medio se percibe los aromas de la paz, de la tranquilidad, la temperatura y la sombría puede ser un cómplice potencial para las aventuras y desaventuras de la esencia cristiana, el amor. Desde la altura con jactancia se puede observar el firmamento. Al ir bajando a la tierra de San Roque los paisajes son un elogio que debe ser un constante homenaje que le debemos dar al hábitat.

Trujillo entre montañas y ramales
es una de las rutas geohistoricas que, desde la etnografía, ha venido estudiando la geografía e historia trujillana como una posible línea de investigación orientada al desarrollo humano sustentable. Entre otras rutas están; Trujillo entre sabanas y garzas, Trujillo entre cuajadas y frailejones, Trujillo entre nubes y religión, otras. Este programa de extensión cuenta con la colaboración de las profesoras Norelvis Briceño, Lisbett Cabrera y por los estudiantes, Eliana Vásquez. Estas postales sólo son pinceladas de la identidad y cultura trujillana que desde la Universidad Valle del Momboy seguiremos publicando.


(*) Director de biblioteca y publicaciones de la Universidad Valle del Momboy.


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