Alicia eternamente
entre nosotros…
Pedro Frailán (*)
El
9 de agosto cercano a medio día, día en que el santoral de la iglesia católica
conmemora la fecha de Santa Teresa Benedicta
de la Cruz, religiosa carmelita. Alicia Frailán Rangel de Araujo, (Imagen 1) transcendió hacia a la vida eterna al encuentro con el Señor. Con
ello se llevaba la sonrisa y el llanto, Alicia fue eternamente alegre de
constante chacota, como nos decía mi madre, cariñosa, benévola con facilidad se
encontraba con la sonrisa, pero al poco
tiempo su encuentro lo hacía con el llanto. Ella me recuerda a esa canción del
folclor chileno de Violeta Parra, “Gracias
a la vida que me ha dado tanto. Me ha dado la risa y me ha dado el
llanto”.
Alicia
siendo muy joven mejor dicho una jovencita pululaba por las calles de su pueblo
de la cual se sentía muy vanidosa, como todo jajojénse, orgulloso de su patrono;
San Pedro Apóstol el portero del cielo, la Virgen del Talquito y por supuesto el León de la Cordillera. A sus 16 y 17 años
aproximadamente comenzó a prepararse para la vida, la llamaron de la prefectura
(Imagen 2. Antigua sede) del pueblo como practicante para ser secretaria bien fuera de la
prefectura o del juzgado cumplió con la tarea, pero no quedo con el trabajo por
ser menor de edad.
Al
caminar por las callejuelas de su pueblo,
aquella catirrucia llamaba la atención a los pavos de la época,
brindándoles sus piropos le tarareaban, la canción del momento. Una melodía
alegre, con una letra triste, producto del dolor del arrepiento y del abandono. Un vallenato clásico que
tuvo mucha resonancia aquí en Venezuela de Alejo Durán, “Alicia Dorada”. Desde
la población de Flores de María en
Colombia, la triste historia de aquella Alicia Castillo se transformó en éxito
musical, gracias a los maltratos y descuidos de Juancho Polo (Valencia), que
desde momento vivió arrepentido y con el dolor en el alma.
Alicia,
pero la de aquí, siguió insistiendo, ahora se trazó en ser practicante de
enfermería, en el dispensario de Jajó. Tenía la monumental responsabilidad de
aprender a tomar la tensión si era alta o baja, saber leer la calentura con el
termómetro y la laboriosa labor de poner ampolletas. Que prepara la jeringa
primero había que hervirla, escoger la aguja y encontrarse con la víctima. Que por lo general le decían, esta jovencita si tiene
la mano suavecita, ni se sienta. Ella se llenaba de orgullo sobrepasaba los
límites del orgullo para transformase en una joven fachosa, pretenciosa,
fullera.
Alicia
una mujer de gran fe, primero que nada con Dios, con la Virgen del Rosario de
Durí, con la Virgen del Talquito, que está en el templo de su pueblo (Imagen.
3). ¡Y decir del Dr. José Gregorio Hernández! , el gran protector de su salud,
su fe y el constante alumbrado a la imagen del Dr. Hernández la ayudaba a
mantenerla bien. A diario se encontraba
con sus santos con camándula en mano.
A
pasar el tiempo Alicia se nos matrimonio, con un hombre de la montaña más alta Ildemaro Araujo de Tuñame (Imagen. 4).
Se casó por el civil y la iglesia, la fiesta fue grande, gran baile al ritmo de
canciones; de La cachimba de San Juan, Veneración, Nostalgia campesina,
Yolanda, Que lo diga ella, la saporrita, la pilandera y muchas canciones más.
De esa unión nacieron cuatro hijos, Ildemaro, José Gregorio, María Hilda y
Yomaria. Su vida se desarrolló entre Jajó
Tuñame y Trujillo.
Se
nos fue Alicia…A la muerte que es el romper, con el espacio y el tiempo. Es el
lado opuesto a la vida, que ha permanecido y permanecerá constante, en la historia
y esta es vida… Con tristeza hoy hacemos memoria a Octavio Paz que dijo: “Hoy
recordamos a los muertos vivos de mi casa” uno más. Este miércoles 14 de agosto, su hija menor Yomaira dio a luz una hermosa hembrita chiquitica de
orientación catirrucia, cuyo nombre coloco Alicia Fernanda, continuando con el
cirio de la vida encendido. De ahí que Alicia eternamente entre nosotros...
…
(*)
frailanp@uvm.edu.ve
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